Seguro que muchos de vosotros estáis preparando una escapada para semana santa o habéis empezado a organizar las vacaciones de verano. Si vais a usar el avión y tenéis pensado llevar con vosotros a vuestra/s mascota/s, muy seguro que os habéis vuelto locos buscando información sobre qué se puede hacer y qué no, documentación, leyes… Con este post os queremos ayudar a organizar este, laborioso, momento.
¿Nuestro primer consejo? Organizar el viaje con tiempo. Dependiendo de dónde vayáis a viajar, necesitaréis más o menos documentación; al igual que pasa con las compañías aéreas: cuanto antes les avises de que viajas con un animal y hagas tu reserva, más fácil será todo y menos problemas encontrarás (o más margen de error tendrás para solucionarlos… ;))
Por otro lado, siempre siempre, y repetimos, SIEMPRE, ponte en contacto con la compañía aérea que vayas a usar y pregúntales sobre su normativa. Hay empresas que, incluso, no permiten el transporte de ningún tipo de animal, otras tienen restricciones en cuanto al peso, la raza… lo mejor es preguntar.
Si viajas fuera de España (y más si es fuera de la Unión Europea), ponte en contacto con la embajada del país para informarte sobre los requisitos necesarios para acceder a él con nuestra mascota.
Como podemos leer en la web de AENA: “como norma general, estos animales deben ir facturados y estibados en la bodega del avión, donde irán colocados en un recipiente o contenedor que puede ser obtenido en algunas compañías aéreas”. Aún así, hay compañías que permiten que puedan viajar con nosotros en cabina (siempre dentro del trasportín) y algunas, incluso, nos obligan a que así sea dependiendo de la raza.
Como veis, existen unas normas básicas (que podéis leer aquí y aquí) pero la gran mayoría de normativa depende de las compañías aéreas y del país de destino (y si haces escala, no te olvides de informarte también sobre lo que se permite y no en ese país).
Además de todo esto, ¿qué más os podemos contar? Es muy importante, antes de viajar, visitar a nuestro veterinario para que valore que el estado de salud de nuestro amigo es correcto: el viaje no suele ser algo muy agradable para ellos y lo mejor es estar seguros de que están preparados para soportarlo.
Es importante, si no están habituados a su uso, acostumbrarlos al trasportín y al bozal, si se trata de un perro. El día del viaje, dependiendo de las horas que durará el vuelo, es recomendable no darles de comer, al menos, dos horas antes del vuelo. En el caso de perros, sería muy aconsejable dar un largo y agradable paseo antes del embarque: esto les ayudará a estar más relajados.
Además, existen algunos sprays con feromonas que, pulverizándolos en el trasportín, pueden ayudar a tranquilizarles. Una vez más, consulta a tu veterinario 🙂
Cabe destacar que en el caso de viajar con perros guía, normalmente la normativa es mucho más abierta: las compañías no suelen poner problemas para viajar con ellos en cabina e, incluso, aquellas que no permiten el vuelo de mascotas.
Sólo nos queda decir… ¡feliz vuelo!