Llega el verano y con él la época por excelencia para pasar unos días fuera, disfrutando de las (merecidas) vacaciones. Si en nuestra familia tenemos un miembro de 4 patas, jamás, repetimos, JAMÁS lo tenemos que ver como un estorbo para irnos de vacaciones. Y por supuesto, que ni se nos pase por la cabeza el abandono…
Existen dos posibilidades: dejárselo a una persona de confianza (bien sea un familiar, amigo o un ‘hotel canino’ -o similar-) o planear unas vacaciones con él/ella.
Repetimos, el abandono NO ES UNA OPCIÓN.
Finalmente habéis decidido pasar unos días fuera todos juntos, es la primera vez que organizais un viaje así y no sabéis por dónde empezar… Bien, aquí os traemos una lista de consejos o tips para intentar ayudarte 🙂
1. La salud, lo primero
Llevar la cartilla de vacunación al día es un imprescindible pero, además, os recomendamos informarse sobre la normativa de cada país/región. El chip, otro imprescible, y el pasaporte también lo es en muchos paises.
Como consejo, a pesar de que lleven el obligatorio chip, si no lo tienen, ponedles un collar con una placa con un teléfono de contacto.
2. Planificar, planificar y planificar
Y a todo esto sumarle el hacerlo con tiempo. Viajar con animales cada vez es más sencillo: existen un montón de hoteles/campings dónde aceptan a los animales sin problemas, muchas ciudades con espacios especialmente dedicados a ellos, planes para hacer todos juntos… pero a pesar de todo esto, la planificación (y hacerlo con el debido tiempo) es fundamental.
Si viajáis en avión, tren o barco, debes ponerte en contacto con la compañía con la que lo hagáis, cada una es un mundo. Lo mismo ocurre con el alojamiento. Preguntad, preguntad todo lo que se os ocurra y no os quedéis con dudas.
Si, por el contrarío, viajáis en coche, os aconsejamos tener planeadas las paradas que váis a realizar. ES aconsejable darles tiempo para hacer sus necesidades y ‘estirar las patas’.
3. ¡Vamos de paseo! ¡Pi! ¡Pi! ¡Pi! ¡En un coche nuevo! ¡Pi! ¡Pi! ¡Pi!
Vuestro medio de transporte es el coche, ¿qué debéis saber? Pues, en primer lugar, que el transportín es el método más seguro para que viajen nuestras mascotas: en caso de impacto van más protegidos y no se convierten en ‘proyectiles’. Si lo váis a usar por primera vez en un viaje largo, os recomendamos, si tenéis oportunidad, usarlo antes en pequeños trayectos para que él/ella se pueda acostumbrar al espacio.
No darles de comer, al menos, dos horas antes del viaje. Si necesitan ingerir algún alimento durante el mismo, lo mejor es aprovechar una parada para que puedan comer tranquilamente, hacer sus necesidades y ‘gastar’ algo de energia con un paseo.
Coche ventilado (temperatura agradable), música a un volumen adecuado y, ¡a viajar!
4. Llegando al destino
Una vez en el destino, mantener la calma. Suena gracioso, pero va totalmente en serio. Por ejemplo, si vamos a quedarnos en un hotel, lo ideal es entrar en la habitación con calma, inspeccionarla, enseñársela a nuestro amigo… Permítele olisquear, investigar… pero vigila que no coja algo con lo que se pueda dañar o que pueda estropear.
Puede ser buena idea llevar su camita, una manta, su bebedero o algún juguete para que se sienta como en casa y esté más agusto.
5. ¡No te olvides de su maleta!
Así es: sus juguetes, bolsas para recoger sus excrementos, su cama, manta, bebedero/comedero (¡y comida!), un pequeño botiquín… Seguramente dónde vayas podrás encontrar todas esas cosas pero nunca está mal llevarlas de casa.
Ahora queremos saber, ¿cómo ha sido vuestra/s experiencia/s? ¿Qué nos recomendáis?