Si nos preguntáis si es recomendable criar a los más peques junto a animales, os diremos un ¡SI! bien alto, claro y fuerte 😛 Y es que permitir a los más pequeños crecer junto a alguna mascota, es lo mejor mejor que podemos hacer. Y aunque para nosotros los beneficios que esto aporta pueden ser infinitos, hemos querido simplificarlo en 6 puntos in-dis-cu-ti-bles. ¡Allá vamos!
- Fomentan el sentido de la responsabilidad y la empatía
Dicho en una palabra (bueno, dos): transmiten valores. Y es que las mascotas se han consolidado como una de las bases más sólidas para fomentar en los niños sentimientos como la responsabilidad o la empatía.
Pero no solo eso: el amor incondicional, el respeto, la compasión, la fidelidad… ¿seguimos?
2. Mejoran el sistema inmune
Siempre se ha creído, se ha escuchado, que convivir con animales puede llegar a ser anti higiénico y acarrear problemas de salud (¿?), pero ni mucho menos… Desde hace años se ha comprobado que convivir con perros y gatos reduce el riesgo de padecer asma y alergias.
Y es que, al estar expuesto al pelo de los animales desde su nacimiento, desarrollan inmunidad ante los agentes externos que pudiesen provocar el asma o alergias.
3. Ayudan al desarrollo del autoestima
El amor incondicional, la compañía constante de un perro o un gato fiel (o más de uno) y el sentido de la responsabilidad (del que hablábamos antes), harán que los niños se sientan importantes, lo que les ayudará a tener una mejor autoestima y una auto-imagen excelente de ellos mismos.
4. Sensación de seguridad
Los animales, debido a su naturaleza cariñosa (y a su inexplicable e inagotable paciencia con los más pequeños…), les transmiten una sensación de seguridad y protección cuando están con ellos. Sobre todo perros y gatos, suelen estar cerca de los niños, vigilando lo que hacen y al tanto de cualquier desagradable sorpresa que pudiese pasar.
Los niños se sienten más seguros con ellos, los padres también 🙂
5. Mejora las relaciones con otras personas
Los peques que conviven con mascotas se unen emocionalmente a ellas, lo que facilita que sean capaces de establecer buenas relaciones con otras personas. Saben crear vínculos afectivos.
Las mascotas que conviven con ellos desde el nacimiento, representan uno de sus primeros vínculos afectivos. Por ello, los niños aprenden de una manera natural a tener compasión y respeto, cultivando valores básicos que luego aplicarán al resto de relaciones.
6. Ayudan a reducir la hiperactividad
Existen estudios que reflejan que la relación entre perros y gatos y niños hiperactivos puede ayudar a que estos estén más tranquilos. Evidentemente, se necesita una educación especial tanto con el niño como con el animal, pero está comprobado que jugar con perros o gatos puede ser una fuente de calma y relajación.
Y vosotros, ¿qué opináis?