Se trata de una de las primeras razas de perros que han sido domesticadas, ya que se cree que tiene al menos 3000 años de antigüedad (casi nada).
Aunque a día de hoy se trata de una raza muy popular, ha llegado a estar al borde de la extinción. Los exploradores españoles descubrieron este perrete en Perú y lo introdujeron en otros lugares del mundo por ser un buen perro guardián. Estos le pusieron el nombre de “Perro de la Flor”.
La característica más llamativa de este perrete es su falta de pelo, por lo que su piel es realmente sensible, siendo necesario cubrirlos con protector solar en las épocas de verano para evitar que su piel se queme. Además de esto, es común que padezcan enfermedades dermatológicas.
Si decides compartir tu vida con uno de estos peludinos, debes de tener mucha paciencia, porque son perros muy inteligentes y difíciles de socializar.
Al principio son muy desconfiados tanto con extraños como con otros animales, pero una vez que cogen confianza, se convierten en perretes muy cariñosos y juguetones. Su entrenamiento debe de realizarse con paciencia (como con todos los perrinos) y suavidad, no son receptivos a los métodos duros, debes de enseñarlos con refuerzos positivos.
Ahora ya sabes un poco más sobre esta maravillosa raza de perrinos 🙂