La torsión gástrica o también llamado torsión de estómago es un problema serio que puede afectar a todo tipo de perrinos, aunque en mayor medida a aquellas razas de tamaño grande, debido a su tórax profundo. También es más frecuente que este problema afecte a perros de edad avanzada y no tanto a cachorros.
Es común que la torsión gástrica aparezca tras comer o beber, ya que es provocado por un exceso de gases o de aire. Hay que saber cuáles son los factores que agravan este problema y son:
- Comidas excesivas o copiosas que son ingeridas en un única toma.
- Perros que comen demasiado deprisa o bajo estrés.
- Practica de ejercicio antes o después de comer.
- Perros que beben mucha agua después de haber comido.
Una vez conocidas las causas, vamos a explicar los síntomas que nos ayuden a detectar si nuestro peludín sufre una torsión de estómago:
- Rechazo a la comida
- Si nuestro perrín está apático y cabizbajo
- Abdomen hinchado y doloroso
- Problemas respiratorios
- El perro puede llegar a perder el conocimiento
Si notas que tu perro padece alguno de estos síntomas, acude al veterinario lo antes posible. En estos casos los minutos son vitales para poder salvar al perrín.
¿Cómo evitar que le ocurra la torsión gástrica a nuestro fiel compañero?
- Repartir la comida en varias tomas y ofrecerle poca cantidad.
- Si nuestro perro come con ansia, una solución es comprarle comederos especiales que ralenticen su ansiedad.
- Respetar el espacio del perro cuando está comiendo para evitar que se pueda sentir estresado.
- Mantenerlo en un peso saludable para sus condiciones y características.