Llevar a nuestro peludito al veterinario de forma periódica constituye una de las premisas básicas que giran en torno a los cuidados y atenciones que requieren nuestras fieles mascotas.
Como norma general acostumbramos a llevar a nuestro perro al veterinario cuando es estrictamente necesario para ponerle alguna vacuna, o como consecuencia de alguna dolencia o sintomatología que requiera de un chequeo o intervención por parte del veterinario.
Asumiendo que cada perro es distinto, implementando por su raza, sexo y edad, es muy recomendable que sea el propio profesional veterinario de confianza quien nos recomiende cuando debemos volver a la clínica.
Si hablamos de un perro cachorro requerirá como mínimo acudir una vez al mes hasta que cumpla los 4 meses de edad, cumpliendo estrictamente con el calendario de vacunas.
Los perros adultos y hasta los 10 años de edad, siempre que no presenten ningún problema de salud deben acudir una vez al año. Mientras que los perros de edad avanzada, con más de 10 años de edad, deben acudir como norma una media de dos veces al año, para controlar mejor la detección de enfermedades.
En estos casos la regla de “vale más prevenir que curar” debe constituir una premisa básica incuestionable. A la larga, los beneficios de llevar a nuestro peludito al veterinario se generarán por si solos, evitando intervenciones quirúrgicas o costosos tratamientos cuando igual ya sea demasiado tarde para nuestro amigo.
En caso de cualquier duda no dudéis en contactar con nosotros.