Si compartes vida con un perrete, muy seguro que te habrás encontrado cara a cara con esta situación: vais paseando tranquilamente y, de repente, sin previo aviso, se pone a ladrar a una persona que tiene la ‘mala pata’ de pasar cerca de vosotros…
Pero, ¿por qué el mismo perro reacciona de esta manera con algunas personas mientras que, con otras, no? ¿Puede ser que sea capaz de ver algo que nosotros no podemos ver a simple vista? Esto último es una teoría muy extendida: se tiende a pensar que si a nuestro perro no le gusta una persona, es por que esta tiene «algo que esconder»… ¿Qué hay de realidad en todo esto?
Para empezar, es importante recordar que el sentido del olfato en los perretes está mucho más desarrollado que en los humanos; tanto es así que, podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que para ellos es el sentido más importante. Los perros son capaces de oler los lugares dónde has estado (seguir tu rastro), y saber con qué personas has estado, incluso horas después de que te hayas ido del lugar.
¿Sabías que son capaces de distinguir hermanos gemelos que viven juntos, comen lo mismo y visten igual?
Así que sí, la teoría de que los perros son capaces de ver cosas que nosotros no podemos ver, es «medio» verdad. No las ven, las huelen.
Pero eso no quiere decir que esa persona a la que gruñe o ladra oculte algo horriblemente malo… no. Simplemente tiene algo que a nuestro peludo, e inquieto amigo, no le ha gustado; incluso sin haber compartido, siquiera, un cruce de miradas. Es más simple: está captando un olor que asocia con algo negativo.
Por otro lado, aunque el sentido del olfato es el que tienen más desarrollado, el de la vista también les da mucha información sobre esa persona que está pasando a su lado. Por eso a veces ladran a personas conocidas pero que llevan, por ejemplo, un gorro que les hace parecer diferentes.
Por eso, nuestro mejor consejo es que (si estamos seguros de que esa persona no representa ninguna amenaza :P) enseñemos a nuestros peludos amigos a calmarse y mostrémosles que no pasa nada: cuando esa persona se acerque, mantén la calma, actúa con normalidad y transmite esa calma al perro. Prémialo con su ‘golosina’ favorita e interactúa con la otra persona de manera que su perro vea que puede confiar en ella.
Por tanto, ¡no hay necesidad de dudar de la persona si el perro ladra! Ya sabes, seguramente está oliendo algo que le causa inseguridad, nada más…