¡La nieve ya está aquí! Un momento muy esperado para los amantes del esquí y otros deportes invernales 🙂 Y para muchos perros; ¡como lo oyes! No es nada raro encontrarse con canes apasionados de la nieve que acompañan a sus dueños a las estaciones y pasan jornadas corriendo y jugando entre los copos.
Se trata de una actividad como otra cualquiera; no encierra ningún peligro siempre y cuando se sigan unas indicaciones básicas y lógicas. ¡Vamos con ellas!
Si ya has llevado a tu perro a la nieve, sabrás si le gusta o no… pero si es la primera vez que la visitáis deberéis estar atentos: eso de pisar algo frío e inestable no siempre les hace mucha gracia. Darles tiempo y hacer la visita lo más agradable posible es indispensable.
Ya hemos hablado del eterno debate sobre si vestirles o no; pero en este caso creo que todos estaremos de acuerdo: sobre todo, en perros de pelo corto, muy importante ponerles ropa de abrigo impermeable. Orejas, cuello, barriga… son algunas zonas con las que hay que tener especial cuidado, proteger y mantener calientes.
En cuanto a las patas, en concreto, las almohadillas, son, lógicamente, la zona que más sufre las bajas temperaturas. Existen productos específicos para protegerlas y mantenerlas aisladas. Si no disponemos de ninguno hay un «truco» casero que nos puede solucionar la papeleta: aplicar vaselina en las almohadillas para mantenerlas hidratadas y aisladas. Pero ¡ojo! habrá que aplicarla varias veces al día; ¡estad atentos!
También es muy importante vigilar dos cosas: que no se le queden bolitas de hielo entre las uñas y que no sufran cortes y heridas por trozos de hielo o piedras/ramas ocultas.
Como siempre decimos, es muy importante mantener una hidratación adecuada además de darles un aporte extra de comida: con el frío gastarán más energía y por tanto necesitan una dieta con un mayor aporte de nutrientes.
Aunque estemos en la nieve, no debemos descuidar el sol ya que, al igual que nosotros nos protegemos zonas como la nariz, tenemos que tener especial cuidado con que no les haga daño a ellos. Por otro lado, aunque obvio, no podemos dejar de recordar lo importante que es secarlos y quitarles la ropa que se haya podido mojar una vez que acabe la visita.
Y recordad: no debemos perderles la pista si es que los soltamos, podrían provocar un accidente y hacerse daño o hacer daño a otros usuarios que vayan, por ejemplo, en esquís o trineo. Además, los perros en la nieve no se orientan de la misma manera así que podrían extraviarse con mucha más facilidad.
Ahora sólo queda… ¡disfrutar!