Humanizar a los perros consiste en atribuirles características que no corresponden a su especie, sino a la humana. Es decir, tratarlos y obligarlos a comportarse como si fueran personas. ¿Y por qué esto puede ser negativo? ¡Pues sigue leyendo que te lo explicamos!

Existen numerosas formas de humanizar a un animal, vamos a enumerar algunas de ellas que son muy dañinas:
Colocarles ropas o adornos (salvo las prendas de abrigo que pueden ser necesarias en ciertas razas). Los perros no necesitan ninguna vestimenta, ni zapatillas, ni gomas de pelo… Todo esto a menudo les causa incomodidad, rozaduras o dolor.
Además la ropa les impide moverse con libertad y les reprime su principal forma de comunicación, la expresión corporal.

Otra forma de humanizar a los perretes es forzarlos a estar limpios siempre… No dejarles jugar con otros perros o no soltarlo en el parque canino porque quizás pueda volver lleno de barro.
Muchas personas también impiden a sus mascotas caminar por el césped o revolcarse. Incluso no les dejan jugar con palos, piedras u otros objetos por el mero hecho de que se encuentran en el suelo. ¡No es un niño! Los perros necesitan hacer todo eso para ser felices, está en su naturaleza.

Bañar en exceso a tu perro, con champús con olores fuertes y colonias, ¡es de lo más perjudicial! Y esto es porque otra forma de comunicación es su olor corporal, si se lo quitamos, les estamos quitando una información clave para la socialización.
¡No podemos pretender que nuestro perro no huela a perro…!

El verdadero problema de humanizar a tu mascota es que, de esa forma, se coarta su auténtica naturaleza, puesto que se les impide actuar como lo que realmente son: perros.
“Un perro humanizado es un perro que vive en constante frustración, ya que probablemente no tenga una sola oportunidad en todo el día para ser perro” y es por eso que muchos expertos afirman que la humanización es otra forma de maltrato animal.

En próximos artículos profundizaremos aún más sobre este tema, ¡No te lo pierdas!