Los ruidos inesperados, las tormentas, visitas de desconocidos, el cambio en los muebles de la casa, la compañía de otros animales desconocidos… si tienes un gatín en casa estamos seguros de que alguna vez has vivido alguna de estas situaciones en las que tu compi felino se escapa y eriza su pelo, llegando en algunas ocasiones a atacar.
Los ruidos fuertes suelen ocupar el primer puesto en las fobias de estos felinos. En el fondo tampoco somos tan diferentes, ¿acaso tú no tienes ninguna fobia?
A continuación vamos a enumerar algunos de estos miedos y como combatirlos.
- Personas desconocidas:
Aunque hay gatos que reaccionan muy bien ante la presencia de personas que no conocen, la mayoría de las veces corren a esconderse o se erizan como motivo de advertencia. Esto se debe a que el gato no sabe que hace esa persona en su casa, por lo tanto reacciona de esta manera. Si ese desconocido se queda más tiempo en el hogar, el propio gatín se irá acercado a él y descubrirá por sí mismo que no es nada malo.
- Muebles nuevos:
Probablemente hayas notado que si cambias de sitio algún mueble de la casa o incorporas alguno nuevo, tu gato estará alterado. Esto se debe a que él tendrá que volver a reconocer ese objeto. Es muy habitual que durante este proceso los gatinos no quieran salir de su zona de confianza, y tampoco es aconsejable obligarlos a ello. Serán ellos mismos los encargados de dar ese paso.
- Pepino:
¡Así es como lo oyes! hace un tiempo que se viralizaron unos vídeos en redes donde se podía apreciar el miedo de estos felinos a los pepinos. ¿A qué se debe? muy sencillo, las serpientes siempre han sido un depredador de los gatos, es por ello que confunden al pepino con una serpiente por su forma cilíndrica. Por lo que salta su alarma interna.
Es gracioso ver los saltos que pegan del susto, pero hay que tener en cuenta las razones y si nuestro gato es de estresarse con facilidad, quizás no sea conveniente gastarle este tipo de bromas. ¡No vaya a ser que acabemos con él en el veterinario!
Si notas que tu gato se esconde más de lo habitual, o está arisco, quizás ha dejado de comer o se le ve apagado, no dudes en llevarlo al veterinario. Un profesional te dará pautas para mejorar su vida, antes de que le afecte de una forma más grave ¡Hay gatetes muy sensibles!
