¿Cuantos conocéis la famosa pirámide de Maslow? Por si hay algún despistado en la sala 😝 se trata de una pirámide creada por el psicólogo Abraham Maslow que representa la jerarquía de las necesidades humanas.
La teoría dice (de manera muy resumida) que las personas vamos satisfaciendo (o deberíamos…) las necesidades comenzando por las más básicas, que se encuentran en la base, hasta llegar a desarrollar necesidades y deseos más elevados (los que se encuentran en la parte superior de la pirámide).
Pues bien, la adiestradora canina Linda Michaels le ha querido dar otro enfoque y ha adaptado la pirámide a las necesidades de los perros. En la foto podréis ver la infografía de la pirámide:
Como veis, en la base se encuentran las necesidades biológicas, aquellas relacionadas con la nutrición, el ejercicio, el aseo o la atención veterinaria entre otras. Son, digamos, las necesidades básicas que cualquier can debería tener cubiertas: una buena alimentación, ejercicio diario adaptado a sus necesidades, agua limpia y fresca a su disposición, refugio/protección, un lugar cómodo dónde dormir, aseo y control veterinario al día.
Si “escalamos” hasta la siguiente parte de la pirámide, nos encontramos con las necesidades emocionales, es decir, todas aquellas necesidades que tienen que ver con el bienestar emocional del perro: sentirse seguro, querido, establecer vínculos de confianza, etc.
Bien, ya tenemos un perro “sano biológicamente” y con sus necesidades emocionales cubiertas; ¿cual es el siguiente paso? No debemos olvidar que se trata de animales que viven en comunidad por lo que es instintivo relacionarse tanto con otros perros como con otras personas. Es lo que Linda Michaels ha clasificado como necesidades sociales: crear vínculos afectivos sanos. Para ello es muy eficaz el juego.
Casi casi hemos llegado al final de la pirámide; sólo quedan dos tipos de necesidades: en primer lugar el entrenamiento amable. Esta autora, firme defensora del adiestramiento basado en el refuerzo positivo, lo tiene claro: los perros necesitan ser adiestrados en un ambiente positivo. En la infografía que anterior podréis ver algunos métodos de aprendizaje que siguen esta teoría.
Hemos llegado a la cúspide. La parte más alta de esta pirámide de necesidades: perro sano (física y emocionalmente), perro sociabilizado y educado positivamente; ¿qué nos falta? Los retos. Un can necesita retos mentales diarios, novedades dentro de su rutina diaria. El “aburrimiento” puede desencadenar múltiples problemas y si queremos un perro sano y satisfecho en todos los sentidos, debemos mantener sus capacidades cognitivas ocupadas.
Como veis, los perros necesitan algo más allá de comida, higiene y juegos. Al igual que las personas, necesitan mantener relaciones sanas con el entorno, mantener “la cabeza” ocupada, sentirse queridos y tener unas normas. Está claro que los canes y los humanos no actuamos de la misma manera pero si que es verdad que tenemos muchos puntos en común que quizás sea bueno que nos recuerden 😉
¿Qué os ha parecido?
Fuente: simiperrohablara.com
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